Castigar a una hijastra veinteañera que está un poco fuera de control no es fácil para nadie, pero está claro que si llega a casa a la mañana siguiente después de irse de juerga, necesita urgentemente un correctivo. Claro qeu tiene que ser algo impactante y que le recuerde duratne un buen tiempo las consecuencias de sus actos, por eso su padrastro, no sabemos si con buenas intenciones o aprovechando la situación, ha pensado que si la obliga a comerle la polla recién llegada a casa recordará que es necesario volver a la hora que le digan… a no ser que hacer mamadas incestuosas la ponga muy cachonda.